Creo que nacer con la vena intuitiva, curiosa y rebelde ha sido mi gran regalo para estar en esta vida. Aunque esto me llego a traer ciertas complicaciones. Pero es que no me bastaba con estar viva, quería saber ¿porque la vida?, ¿para qué estoy en la vida? ¿Cómo funciona esto de estar vivo?

No podía solamente dar por sentado el hecho de la vida y seguir “como si nada”, seguramente eso hubiera tenido implicaciones muy distintas; hubiera puesto toda mi energía por encajar en la vida que mis padres tenían planeada para mí, se veía muy claro el rasgo tendencioso de mi familia; estudiar una carrera socialmente aceptada, tener un trabajo con un cheque cada 15 días, casarme, tener hijos y así…

¡Pero no! Así no va la vida para todos. Y aclaro, creo que cada quien vive la vida que quiere y/o puede. No soy quien para creer que unas vidas son mejor que las otras.  Absolutamente todas las personas enfrentamos aprendizajes y cada historia envuelve su propia belleza. Todas las vidas que son vividas desde el corazón son vidas valientes que admiro y de las que aprendo.

Solo hasta ahora mi vida ha pintado diferente y tampoco puedo resistirme a mi propia vida, ¿verdad? Ja ja

Yo preferí la inevitable fuerza de mi cuerpo que baila, la estruendosa libertad de lo diferente, pero es que… no es que uno elija ser quien es, ¡uno es quien es y punto! Se requiere valentía, mucha gracia y dignidad para asumirse una misma.

  ¿No es acaso un misterio mágico el roció que acaricia a las plantas, el canto diverso de los pájaros, los amplios paisajes matizados de colores y texturas únicas, el largo de los ríos, la sensualidad de las flores? No deja de asombrarme la creatividad divina y su multiplicidad de formas. Quería descubrir la esencia que sostiene todo y a mi pequeña humanidad siendo parte de esta danza cósmica… ¡Sí! así de clavada soy.

Ese impulso indomable es el que me ha llevado a andar mis propios pasos. Y en un punto de esos donde ya no hay retorno me di cuenta que el deseo por descubrir de que va la vida, se volvió un impulso interno lleno de candor por descubrirme a mí misma. Que lo que estaba buscando en la vida apuntaba hacia mí. Entonces otra clase de preguntas surgieron; ¿quién era quien tenía esta experiencia de estar viva?, ¿de qué estaba hecha yo? ¿Quién soy yo?

Todo lo que comenzó siendo una curiosa búsqueda en el mundo ha sido un encuentro conmigo

Ha sido un reconocimiento de mí, más allá de etiquetas previas ni lugares comunes con los que me quisiera sentir identificada. Me encontré conmigo sin mí, de manera tan íntima que no podía negarme a esta auto exploración.

Pero habitar el camino que “retrocedía” los pasos hacia mi interior ha implicado gran humildad y apertura, fue ir desmantelando capa tras capa de creencias de como tenía que ser la vida, era el momento de estar dispuesta a desaprender para andar nuevos entendimientos.

El camino ha sido sinuoso, he recorrido espirales por las que paso sin volver a tocar el mismo punto, la espiral avanza en una nueva circunferencia que se abre a otra sin fin, vertiginosas caídas al vacío y vuelos en experiencias inimaginables, en cielos más calladamente abiertos.

Ahora sé que mi intuición, mi rebeldía y mi curiosidad son mi brújula para conocerme, cuidarme y amarme. Que nadie fuera de mi puede decidir quién soy y que hago con mi vida, vivir mi vida bajo mis propios términos es mi responsabilidad y libertad.

Aprendí a no dar nada por sentado y ponerlo todo en tela de juicio, yo incluida en la ecuación. Me gusta cuestionar y no por irreverente (bueno si un poco) sino porque en verdad quiero saber la verdad detrás de lo que suponemos.

El deseo autentico de conocerme me ha mostrado que no soy lo que había creído ser y mucho menos en lo que intentaba “convertirme”. Pretender convertirnos en lo que sea que no seamos nosotros mismos es falso y lo más doloroso que podemos hacernos. Lo que requerimos es aceptarnos radicalmente y desmantelar la gran mentira de que tenemos que ser lo que la gente espera de nosotrxs para ser aceptadxs.

Entre más me dudo mejor me conozco, entre más vuelvo a mi menos necesito del mundo, he podido tener paz con la que creía que era “mi historia”, los anhelos se han ido disolviendo poco a poco para volver al corazón. Cada experiencia me ha llevado a un encuentro conmigo sin mí.

Gracias por leerme, deseo que esto que comparto resuene bonito contigo y que te sirva como una pregunta abierta para ti.

Me encantaría me contaras, ¿Cuál es el impulso que sostiene tu vida?, ¿para ti que es la vida?

Con amor Odemaris